Capítulo IV: En el "sembrao" [Pbta + Mapeando las Catacumbas]

[Este capítulo surge tras ver la presentación del juego "Mapeando las catacumbas" que próximamente estará disponible. Aún no tengo el juego, por lo que lo he jugado con Dungeon World un PbtA.

La idea de esta partida se me ocurrió tras escuchar el comentario que se hace en el vídeo sobre lo útil que puede ser el reglamento de Mapeando las catacumbas, para crear una historia previa de lo que había pasado en le dungeon que luego los jugadores explorarán.

La aventura la he continuado donde gran Rapsoda Lúdico la dejó, unas horas después de que el pobre Mostovoy se metiera en el agujero].

 El grupo se dirigía hacia el cruce donde podrían llegar a los dos pueblos, cuando escucharon gritos de un niño, entre sollozos, pedía ayuda. Nuestros héroes se acercaron, un niño pequeño, se aferraba a su hermana que temblaba de miedo.

Con la voz entrecortada y sorbiéndose los mocos, el pequeño contó que su padre desde que murió su madre había estado trabajando sol a sol, y que esta mañana cuando se levantaron la mula y el arado estaban en el campo, junto a un agujero en el suelo, y temen que haya caído en el agujero.

Tras revisar la casucha donde vivían, el grupo decidió que debían meterse en aquel agujero a ver qué había sido del hombre, el pobre Viren, con sus heridas aún, temió por lo que pudieran encontrarse.

Aquel agujero daba a una extraña construcción excavada en la roca, en el suelo, algunos huesos indicaban que Mostovoy había estado rebuscando allí. Los exploradores continuaron avanzando, por un hueco en la pared que llevaba a otro habitáculo en el que una calavera de larga cabellera hizo que a Landon se le cayera la antorcha. Recuperados [En su chequeo de rastreo Landon tuvo un éxito parcial] del susto continuaron adelante, unas pisadas en el lodo marcaban el avance de aquel pobre campesino por la oscuridad.

Lo que antes era una caverna, ahora se había convertido en un lodazal, húmedo y maloliente, quizá una cloaca, el grupo siguió avanzando, con cuidado, pues comenzaron a escuchar un chapoteo proveniente de más adelante. Según avanzaban, iluminada por la por la antorcha, la figura de una deforme criatura apareció ante ellos, cubierta de lodo, aquel engendro de las profundidades parecía sorprendido ante los recién llegados, en lo que parecía ser su boca, un brazo humano hecho girones parecía saludarlos.

Slorm tuvo que contenerse para no vomitar al ver aquella criatura, y Viren lanzó un hechizo de luz para debilitar en lo posible al ser, Landon lanzó al suelo su antorcha que en unos instantes se hundió apágandose como la vida del labriego entre las fauces de aquella bestia.

Una flecha de Viren surcó el aire podrido de la habitación para penetrar en la gelatinosa piel de la criatura, y Slorm, alzando su espada se preparó para desmembrarla. Al primer contacto de la espada con la piel, la mente de Slorm pareció nublarse, y el rostro de una mujer con rostro desesperado se presentó ante él. Vacilante, y dando un respingo, el guerrero volvió a lanzar su espada contra el engendró que chilló de dolor, dejando caer el brazo, y extendiendo sus extremidades hacia el cuello de Slorm; mientras, Viren, en vista de la falta de éxito de sus flechas, sacó su espada corta y se lanzó contra el estómago de aquel ser.

En ese momento, ambos hombres se vieron frente a una mujer, que con rostro desencajado por el llanto les pedía que perdón, y les rogaba que cuidasen a sus hijos, sus lágrimas ahora eran de sangre y su rostro se tornó en una mueca de dolor mientras decía... <<Eran ellos o yo. Años atrás rogué a aquella mujer para que pudiera formar una familia y ella a cambio de su hechizo, me dijo que debía entregarle un alma pura... y cuando ella vino aquella noche a cobrar su maldita acuerdo, yo me negué, usó sus malas artes para cambiarme y tuve que huir.... Y hoy por fin, la deuda ha sido pagada, el alma de mi pobre esposo es suya...>>

Viren vio como sus compañeros caían al suelo en combate con aquella criatura, de repente todos se se pararon y parecieron quedar inconscientes. Viren avanzó, dando gritos, pero los cuerpos no se movían, buscó su pulso que era muy débil y comenzó a abofetearlos para despertarlos, eran víctimas de un maldito hechizo de aquella criatura.

De repente, Landon abrió los ojos, le dolía la cabeza, pero con sus rápidos reflejos alcanzó a detener la mano de Viren que iba de nuevo directa a su cara, y le grito "¡Para joder!".

Lentamente los hombres se levantaron extenuados, y en silencio salieron de aquel agujero al Infierno, explicaron a los niños que su padre había muerto al caerse por una grieta en el suelo, y decidieron llevarlos al pueblo más cercano, para que alguien se hiciera cargo de ellos...

No todos los días son de grandes aventuras y felices aventuras en la vida de unos aventureros.




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