That night Joseph Cornelius Hallenbeck was finishing his last cigarette, when the phone rang. Rocco Freda, a 3rd avenue policeman was offering him a protective job, for university professor Morgan Fletcher. Joseph scratched the back of his neck, picked up his revolver and approached the professor's house.
The scholar was sitting on a couch, shaking, while Rocco took the data, and made the appropriate presentations.
Someone had assaulted the house and stolen several objects, the main one was an old book of the eighteenth century called "The Wife of Dusk", an incunable. Cornelius did his researches, until he found an escort who might know where the objects had gone, so the next afternoon he went to a motel in the lower part of the city.
A couple of drinks after talking with a reporter and a political assistant took him to the motel where Miss Lacey Morris was staying.
The girl tried to confuse Joseph by evasive, but a couple of slaps made her realize who was in charge in that room, in the end she said that a client, a man called Aaron Chapman told her that, he had managed to sell an old book by more than 3 of the greats to an antiques dealer.
The next morning, Joseph got dressed, left a couple of dollars on the bedside table and left to investigate where he could locate Aaron.
Three days later, he contacted Rot Sloth a rogue who has been watching the curb crawler's house for a couple of days, it looked like he had a beautiful woman who was ignored. She was a rich tycoon's daughter, and was not used to spent a lot of time alone...
He decided that it would be good to enter the house and wait for Aaron to return, and perhaps coerce him with his visits to Lacey and get information.
The lady was initially surprised by the presence of Cornelius, but she was bored and thought that male company would always be nice, so she shared a whiskey with him.
A couple of hours later Chapman appeared, who was initially upset and then violent, tried to throw Joseph out of the house. It was unsuccessful, proof of that was the black eye that remained after the visit of the investigator.
The next night, Joseph wearing his only ironed suit approached the mansion of Christopher Rivas, the man who had bought the book.
When he knocked on the door, a butler opened the door and let him pass by making a face.
While the butler was looking for the lord of the house, Cornellius sneaked down the hall and sneaked in behind the doors.
At the first door that a male voice was hear, he entered pointing the gun; a couple of minutes later, the bodies of a femme fatale and a thug, contrasted with the red blood dripping on the carpet.
The door suddenly was opened, and a shadow threw at Joseph knocking him out, and throwing him against the ground ...
Some time later, our investigator woke up tied to a chair, and with tremendous headache in a dark room and unable to move.
TO BE CONTINUED...
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Aquella noche Joseph Cornelius Hallenbeck estaba terminando su último cigarrillo cuando el teléfono sonó. Rocco Freda, un policía de la 3rd Avenida le ofrecía un trabajo de protección para un profesor de universidad, el profesor Morgan Fletcher. Joseph se rascó la parte de atrás del cuello, cansado, cogió su revolver y se acercó a la casa del profesor.
Cuando Joseph entró en la casa, se encontró al profesor sentado en un butacón, muy nervioso, mientras Rocco tomaba datos. Un gesto con la cara sirvió de saludo entre ambos hombres, y el policía hizo las presentaciones pertinentes.
Alguien había asaltado la casa y robado diversos objetos, el principal objeto era un viejo libro del siglo XVIII llamado "La esposa del anochecer", un incunable. Cornelius hizo sus investigaciones, y consiguió localizar a una señorita de compañía que podría saber algo de los objetos robados; así que en la tarde siguiente quedó con ella en un motel, en la parte baja de la ciudad.
Un par de tragos después de hablar con un reportero y con un asistente político, le llevaron al motel donde Miss Lacey Morris se hospedaba.
La chica intentó confundir a Joseph con evasivas, pero tras un par de bofetones quedó claro quién mandaba en aquella habitación, al final la chica cantó, y dijo que un cliente, un hombre llamado Aaron Chapman le había contado que, había conseguido vender un libro antiguo por tres de los grandes a un anticuario.
A la mañana siguiente, Cornellius se vistió, y dejó un par de dolares en la mesita de noche y se marchó para investigar dónde podría localizar a Aaron.
Tres días después, contactó con Rot Sloth, un granuja de medio pelo que hacía favores a detective por un comida caliente. Rot había estado vigilando la casa del putero durante un par de días, parecía que tenía una hermosa mujer a la que ignoraba, era hija de un rico hombre de negocios, y no estaba acostumbrada a pasar mucho tiempo sola...
Decidió que podría ser bueno entrar en la casa y esperar a que Aaron volviera, y quizá presionarle con sus visitas a Lacey para obtener información.
La dama en un principio sorprendida por la presencia de Cornelius, cambió su actitud pues estaba aburrida y pensó que tener compañía masculina podría ser entretenido, así que compartieron un whisky.
Un par de horas después Chapman apareció, en un principio se mostró molesto y luego violento, intentando echar a Joseph de la casa. No tuvo demasiado éxito pues al día siguiente fue a trabajar con un ojo morado por la visita del investigador.
A la noche siguiente, Joseph se puso su único traje planchado y se acercó a la mansión de Christpher Rivas, el hombre que había comprado el libro.
Cuando llamó a la puerta, el mayordomo abrió y le dejó entrar con gesto adusto.
Mientras el mayordomo iba a buscar al señor de la casa, Cornellius se escabulló por un pasillo, y a hurtadillas fue revisando las habitaciones de la mansión.
En la primera puerta en la que escuchó una voz masculina se introdujo a punta de pistola; unos minutos más tarde los cuerpos de una femme fatale y un matón hacían contraste con la sangre roja que goteaba en la alfombra.
La puerta de repente se abrió, y una sombra se lanzó sobre Joseph noqueándolo y lanzándolo contra el suelo.
Un tiempo indeterminado después, nuestro investigador se despertó atado a una silla, con un tremendo dolor de cabeza, en una habitación oscura y sin poder moverse.
CONTINUARÁ...
